La bomba atómica The Last Of Us

En estos últimos días hemos podido ver cómo se hacían reportajes a diestro y siniestro sobre Hiroshima y Nagasaki, sobre por qué se habita allí y no en Chernóbil o sobre cómo eran las paperas de Neymar. Pues bien, hablando de ciudades destruídas, ‘malvados’ capitalistas y samba brasileña me vino a la cabeza el mejor guión de videojuego que he vivido: The Last of Us.

TLOU

No sé vosotros, pero yo pagaría por vivir un día en un mundo así. Un mundo en el que te cargas a los infectados como Kim Jong-un a los desobedientes, un mundo en el que sobrevivir es el único objetivo y un mundo en el que no es necesario ser simpático con el vecino en el ascensor. Sobretodo por esto último. Qué pereza me da sonreír al viejo como si me cayera bien. El cabrón sólo me saluda cuando va con su mujer, será que conoce a la perfección el tacto terciopelado del sofá. Pero volviendo al tema, vaya puntazo el de vivir en un mundo así.

EL FINAL

A mí los spoilers me la traen al pairo. Cuando vas a ver la Mona Lisa ya la has visto antes en Google Images, ¿a que sí? Pues eso. Para los que no sabéis de que va, básicamente se trata de que el protagonista decide salvar a la que ‘adopta’ como su hija sacrificando así las pocas opciones que le quedan a la Tierra de sobrevivir a una infección masiva. Viendo la decisión que toma Joel — así se llama el protagonista — entiendo que no es por amor a la niña que la salva, sino porque le pone cachondo vivir en ese mundo. Se siente poderoso, el Donald Trump de los Republicanos, el Bill Cosby de los mitos caídos o el Jack Warner de la corrupción. Y es que si en un mundo así abrieran los garitos nocturnos, él se las llevaba de calle. Viéndolo así, quizás un día se me hace corto.

THE LAST OF US 2

¿Qué coño, segunda parte? Y parece que tercera. Sony tiene los derechos para la segunda y tercera edición. Puede ser la culminación a una obra maestra o el Champín de todas las fiestas con ganchitos. La genialidad divina o el devenir de un huevo frito cortado con cuchillo. Yo soy partidario de dejar para los anales de la historia una sola obra maestra, y no mancillarla con segundas partes. Pero les voy a dar un voto de confianza, como le dí en su día al Brandy con naranja.

LOS GUIONISTAS

Se merecen una ola, pero no una normal. Una ola en la canción de Rocío Jurado. Si no eres una mente pensante, que no inteligente, verás el videojuego como una amiga, aquella a la que nunca le entrarías ni aunque los grados te lo pidan (¡JÁ! Eso no existe, pensarás). Pero si eres reflexivo y amigo del nihilismo esto será como tirarte a Afrodita en las lagunas de Central Park. Te recomiendo que lo pruebes. El juego, digo.

En conclusión, The Last Of Us es una demostración colosal de que un guión puede ser más que ‘algo’ que ha hecho un tipo que sólo domina de huelgas. Es un manual de cómo hacer trabajar la mente del jugador y una poesía en la ejecución y elección de personajes. Y que entre una bomba atómica y millones de infectados que transmiten su enfermedad, me quedo siempre con lo que no ha provocado el hombre.

 

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